Con respecto a la ley, elaboramos un artículo junto a una compañera sobre ésta y visualizamos ambas posturas para entenderlas mejor.
Vos que lees esto: ¿Sabés que medios consumís?, ¿crees que dicen la verdad o mienten?, ¿que garantía tenes sobre aquello?. Recordá que cada medio tiene una determinada postura y de acuerdo a sus convicciones moldean las noticias que por casualidad te pones a ver durante el almuerzo, cena, desayuno y merienda. Un consejo: No confíes plenamente en los medios. Informate más, y lee este articulo:
Público- Privado: una dicotomía contradictoria
A
partir del surgimiento del capitalismo, la dicotomía público- privado ha ido
evolucionando hasta transformarse en lo que hoy en día tenemos como claro
ejemplo la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, una ley que pone en
evidencia las grandes pujas de poder entre el Estado y un grupo económico como
lo es el Grupo Clarín, donde se visibilizan los intereses de ambos en cuanto a
la comunicación “pública” o “privada”.
Antes
de esta nueva forma de organización del orden social, lo público y lo privado
se limitaban a las concepciones griegas de ‘oikos’ y ‘polis’. De esta manera,
Martín Retamozzo en Notas en torno a la
dicotomía público-privado: una perspectiva política expone que “mientras el
oikos remite al espacio privado y el
reino de la necesidad donde el padre gobierna los asuntos domésticos, el espacio público se constituyó en el
propiamente político donde los hombres libres e iguales abordaban
colectivamente los problemas comunes de la ciudad”. Sin embargo, una vez
surgido el capitalismo, la división de clases y los nuevos modos de producción
y de mercado, surgió también lo que conocemos hoy como Estados modernos.
Estos
Estados modernos tienen como principal objetivo el de, aparte de mantener el
status quo entre las clases, intervenir en el mercado y de esta manera regular
la libertad propia de éste. ¿De qué manera lo hace? A través del monopolio de
las fuerzas coercitivas. Así, lo público (el Estado) y lo privado (el mercado)
se transforman en una antinomia que, sin embargo, se relaciona constantemente y
que precisa del otro para lograr funcionar.
Entonces,
una vez que el Estado logra regular ciertos factores del mercado se da un
rompimiento en la “libertad” de ese mercado liberal, donde la propiedad es
privada, algo de unos pocos. Pero, contradictoriamente, éste necesita del
mercado para seguir en funcionamiento, ya que nace del mismo.
En
torno a toda esta contienda entre mercado y Estado, y así público y privado, se
desarrolla la opinión pública, nada más y nada menos que – en un principio-
aquello que pensaban los burgueses de la época, los dueños de los sistemas de
producción, principales actores en las relaciones de compra-venta.
De
esta manera, si trasladamos esa situación al conflicto actual entre Clarín y el
gobierno, órgano dinámico del Estado, se puede ver la necesidad de éste de
regular e intervenir en los medios audiovisuales y así administrar las licencias
de los mismos.
En
este debate se resuelve que quién defiende lo público es el Estado, mientras
que lo privado es representado por el Grupo Clarín. Así, aquellos que defienden
la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, exponen que “las regulaciones
antimonopólicas, libertad de expresión, diversidad y pluralidad de voces” deben
ser tenidas en cuenta en los actuales medios para poder garantizar una
comunicación de carácter público. A diferencia de éstos, los que están en
contra de la Ley, declaran que es “un retroceso en el crecimiento económico de
los medios así como no contempla el desarrollo tecnológico”.
Según
los aspectos Feministas Radicales enunciados en el texto de Martín Retamozo “cambiar el contenido y
mantener la distinción es necesaria para obtener una nueva configuración que
defina los ámbitos público – privado”. En un segundo aspecto se debe introducir
la dinámica del conflicto (LdSCA) para expresar el poder y la disputa de estos
dos ámbitos.
Los
medios de comunicación ya dejaron de ser vistos como un único mercado y ahora
se tienen en cuenta más aspectos que solamente los económicos. Como la
producción de significado que los medios producen e informan constantemente al
público. El Estado se encarga de decir que está a favor del público. Pero no
dice si el público está a favor de esta ley. Son dos contrapartidas lo público
o privado, y está claro qué es lo privado pero no qué es lo público.
Retomando
a Retamozo, éste aclara que se debe “concebir al campo público ya no como lugar
armonioso y no conflictivo, sino como un lugar de disputa, donde la
argumentación racional es una estrategia de construcción política. Pero que no
supone la negación del conflicto”.
El
grupo Clarín como empresa privada se encarga de controlar mediante Cablevisión
los canales que bajo sus intereses considere apropiados para que aparezcan
sobre su grilla. Éste fue uno de los principales temas de debate que la ley
establece a mayor pluralidad no solo de voces, sino de empresas que no están
incluidas en el paquete de canales de Cablevisión y que se extinguen. El Estado
bajo esta situación se encarga mediante la ley, de cumplir con lo que establece
garantizando lo anterior. No obstante podemos considerar que debajo de lo
público que el Estado garantiza también se dan intereses privados, de un sector
(el gobierno). Existen intereses privados en ambas posiciones, lo que hace que
la intención que tiene cada uno de plantearse como la antinomia del otro
termina quedando en la nada, ya que ambos pretender dar con beneficios
similares.
Retamozo
llega a la conclusión de que es necesario profundizar un campo público y a la
vez muchos, valga la redundancia, espacios públicos construidos por públicos
diferentes. De esta manera se garantiza la participación de los sujetos (público)
sobre los asuntos comunes a todos (asuntos públicos).
El
título que elige la periodista Irina Hauser para la nota de Página 12, “Ideas
opuestas sobre la libertad de expresión”, resume y pone un ejemplo para esta
eterna dicotomía entre las definiciones de público y de privado, que sin
embargo, se relacionan constantemente. Porque si público hace referencia a lo
que es de todos, a lo que es de acceso colectivo, y lo privado, por el
contrario, a lo que es de acceso restringido, donde los beneficios que se
obtengan son sólo para un determinado grupo; podría quedarnos en claro esta tan
citada dicotomía.
Pero, por el contrario, constantemente se cae en definiciones
simplistas que provocan que no se vean
en profundidad las características de cada una y que, si se las analiza
correctamente, se las podría ubicar en “las diferentes concepciones de
vinculación de lo social con lo político, del mercado con el Estado y de lo
personal con lo colectivo”, como expondría Retamozo.
A
todo esto hay una contradicción o un problema de fondo mayor: si el mercado es
el único lugar donde existe la libertad, pero éste es privado, es decir que
sólo unos pocos tienen el poder de ejercer algún papel en él, y el expresarse
es un derecho colectivo, público, de todos y al que todos podemos acceder ¿en
dónde queda esa relación conflictiva de público-privado? Así, a través de un
simple título, nos damos que cuenta de que estas dos definiciones que se
proponen como antagónicas son, en verdad, la conjunción perfecta para brindar
el equilibrio necesario entre la sociedad, el mercado y el Estado.
Entonces,
a modo de conclusión, el gobierno pretende mediante la ley regular un grupo multimedia
de carácter privado con el objetivo de transformar la información (hoy tomada
como una mercancía) y los medios que la divulgan, en una propiedad pública. Sin
embargo, así también subyacen intereses mercantiles ajenos a una gran mayoría.
Esta ley que pretende ser y velar por los intereses colectivos, no posee ningún
artículo que contemple a los trabajadores de prensa, actores principales en la
producción de la información. Entonces, en cuestiones como ésta, es donde se
ven las grandes contradicciones en el discurso hoy tan masificado: lo público
de todos y para todos, lo privado de algunos y para algunos. En ese ‘de todos y
para todos’ los trabajadores, por ejemplo, no son contemplados en su entereza.
Entonces volviendo a la ley, se
refiere a la regulación de los servicios
de comunicación audiovisual en todo el ámbito territorial de la Argentina y el
desarrollo de mecanismos denominada puntualmente la “Democratización y
universalización”. También hace referencia a los servicios de interés público,
la desmonopolización, participación de cooperativas, más contenidos nacionales,
igualdad de oportunidades entre otras.
¿Cuál es la postura que asume el
grupo Clarín en estos debates por la ley? Los representantes del Grupo Clarín
argumentaron que la aplicación de los cuatro artículos cuestionados de la ley
de medios afecta la sustentabilidad económica de la empresa y a la libertad de
expresión. Hicieron una crítica técnica a la ley, mientras que los allegados al
Gobierno formularon exposiciones con una fuerte argumentación política. Las
acusaciones por parte de los allegados al gobierno buscaron cada contraposición
en Clarín afirmaron que "hay
que terminar con la supremacía comunicacional del Grupo Clarín, que silenció un
genocidio", mientras que se acusó al multimedio de "haber violado los
derechos humanos".
Si
esto lo llevamos a la dicotomía público privado podemos afirmar que es
necesario y primordial considerar la discusión de los modos de organizar la ley.
Porque una parte expone que es necesaria una nueva configuración que defina
correctamente cada punto ley. Se debe reintroducir la dinámica de este
conflicto en la sociedad para poder observar con atención en las dos
contrapartes en cuanto a la jerarquización, asimetrías y relaciones de poder.
Suponemos
entonces concebir al campo público no como un lugar armonioso y no conflictivo,
sino como un lugar de disputa, donde la argumentación racional es una
estrategia de construcción política. La pluralidad de posiciones que pueden
articular una posición popular democrática para disputar en se campo público la
transformación del orden social. Muy claras se ven las posturas y sus
diferentes interpretaciones que una al igual que la otra son totalmente
válidas.
Porque es cierto que cada uno de los públicos puede particularmente
obtener mejores posiciones en el orden social. La construcción de un bloque
hegemónico parece difícil para redefinir la distinción público y privado de una
manera móvil de manera tal que los sujetos puedan presentar a campo público
aquellos temas que consideran que son necesarios de tratamiento político en un
espacio que siempre será conflictivo y supone por la disputa de una
configuración del orden social.
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